24 de julio, 2016 — Tras seis días en las experiencias ignacianas, los peregrinos pusieron rumbo a la ciudad de Częstochowa, en Polonia, conocida por su santuario de Nuestra Señora, la Virgen Negra. Al volver desde Lituania, Eslovaquia, República Checa y diversos lugares por todo Polonia, los peregrinos, en grupos de unos 25 cada uno, sintieron tener que abandonar su recién descubierta intimidad y confianza durante las experiencias, pero también se mostraban ilusionados por reencontrarse con todos y partir hacia la Jornada Mundial de la Juventud. Riadas de cansados pero felices peregrinos fueron llegando desde bien pronto a partir de la mañana del sábado.
“Tengo muchos sentimientos en torno a terminar la experiencia y venir a Częstochowa. Es como una transición”, decía Erin Alberts, procedente de EEUU. “He estado viviendo en un convento en una experiencia de oración, y al llegar aquí he visto a todo el mundo bailando y cantando, armando lío. Ha sido una experiencia interesante y de cambio”.
“La experiencia ignaciana ha sido increíble. Creo que ha sido la mejor experiencia de peregrinación en la que he estado”, comentó el estadounidense Andrew Plaza. Su grupo pasó la semana en las montañas Bieszczady, cerca de la frontera ucraniana. “Hemos vivido en un albergue de peregrinos y solíamos salir cada día y caminar unos 23 kilómetros antes de regresar, unas nueve horas. Tuvimos mucho tiempo para hablar y conocer a todos, comer y dormir juntos, y así durante cuatro días. Simplemente convivir”.
Los peregrinos mostraron unánimemente su acuerdo en que las diferentes experiencias han estado entre las que más les han llenado y cambiado la vida de todas en las que hubieran tomado parte -puedes ver más reflexiones de los distintos grupos durante los días primero, segundo, tercero, cuarto, quinto y sexto, asó como la reflexión particular de Daniel Everson SJ, un escolar de la Compañía de Jesús que actualmente se prepara en la Universidad Loyola de Chicago-.
“La gente que he conocido en mi experiencia ha sido como un reto para mí, encontrarme con otras personas de diferentes países, diferentes creencias y diferentes ideas”, explicó Molly Crawford, también estadounidense. “Me han impactado personalmente, me mueven a mirar más profundamente quién soy y qué pienso. De vuelta de las experiencias, siento que tengo una mayor conciencia de lo que significa ser católico, porque me he encontrado mucha gente de otros lugares y así he visto el Catolicismo con sus ojos y su recorrido”.
Al poco tiempo de bajarse del autobús y dejar las mochilas en los dormitorios, los peregrinos se reunieron de nuevo en un estadio cercano para celebrar el Festival de las Naciones, una representación de la música y el baile propios de la cultura de cada delegación.
“El Festival de las Naciones fue una manera genial para reunir a todo el mundo desde sus diferentes países”, comentó Andrew. “Creo que la actuación de Corea fue muy divertida. Era tradicional, pero después cambiaron a algo moderno”, añadió refiriéndose a la danza tradicional coreana, que derivó sin problemas hacia un baile pop muy exitoso, el “Gangnam Style”.
Durante la tarde siguiente, domingo, los participantes peregrinaron hasta el monasterio de Jasna Góra, en el centro de la ciudad, para su último círculo MAGIS y una solemne liturgia de Reconciliación, seguida de adoración y una vigilia ante el conocido icono de la Virgen Negra, de 600 años de antigüedad.
“Para mí la liturgia de Reconciliación -con música y la adoración al Santísimo- fue verdaderamente lo que estaba esperando desde hacía tiempo”, confesó Molly. “Me tocó de manera particular y fue un momento de mucha paz, que me ayudó a centrarme. Creo que ha sido un buen final, un buen fundamento para este fin de semana, y me ha regalado un tiempo largo para poner en orden mis pensamientos en torno a todo lo que ha venido ocurriendo”.
Según Cailin Touseull, estudiante de la Universidad Saint Louis, en EEUU: “me gusta que le hayan dado tanta importancia a la Reconciliación, porque muchas veces creo que puede ser un aspecto olvidado en la Iglesia Católica”.
Después de volver tarde, ya por la noche, tras la vigilia con María, los peregrinos habrán tenido que hacer sus maletas y prepararse para la próxima etapa de su itinerario: viajar a la histórica ciudad de Cracovia para la Jornada Mundial de la Juventud.
“Todo el mundo ha hecho de Polonia su hogar fuera de casa. Me da verdadera pena que termine MAGIS”, señaló Nadine Guyo. “Estoy muy ilusionada por Cracovia, va a ser genial, solo espero que podamos encontrarnos en algún punto con la gente de nuestras experiencias”.
Habrá sin duda oportunidad de encontrarse durante la Jornada Mundial de la Juventud, ya que los jesuitas de Polonia estarán gestionando tres “Cafés MAGIS” para los peregrinos, lugares de encuentro en el centro de la ciudad que ofrecerán lecturas, charlas, conciertos y más programación centrada en los jesuitas y la espiritualidad ignaciana.
Los peregrinos estarán dispersos por toda Cracovia, lo que implicará que se harán una buena idea de cómo es la ciudad, ya que la recorrerán de un lugar a otro para los diferentes eventos de la Jornada Mundial de la Juventud. “Tengo muchas ganas de explorar la ciudad, porque hay mucha historia en ella”, dijo Jake Blicharz. “Tengo raíces polacas y nunca he estado allí”.
Y, por supuesto, los peregrinos están ansiosos por la oportunidad de ver al Papa Francisco, el primer jesuita Papa. “Estoy realmente emocionada por ir a la Jornada Mundial de la Juventud y ver al Papa. Estoy segura de que será como mil veces MAGIS, así que estoy un poco de los nervios”, explicó Erin, en referencia a la multitud de cerca de dos millones que se espera. “Estoy encantada con el Papa Francisco, me parece el mejor Papa. Tengo una pulsera con su cara. Estoy realmente emocionada por verle”.
Así que, nos vemos en Cracovia para la JMJ y… ¡hasta el próximo encuentro MAGIS!